Placidamente
mis pasiones
se acomodaron
a tu piel,
y sentí
el perfume
de la tarde
en tu mirada.
Cada estrella
un trozo de sol
que me faltaba.
Cada luna
un despertar
de nuestra playa
dorada.
Eres el paisaje
de mi calma
donde fuimos
galopando
al mágico ricon
del alma.
Los dos olemos
a nostalgia
y se duerme
el silencio
que brota
sin palabras.
Ya no me llegan
te quieros
mojados,
ni risas
disfrazadas
de llantos
cansados.
Todo es un hilo
de vida
que el tiempo
desfigura,
cuando la brisa
arruga
la inteligencia
de los sueños
dejándolos
sin memoria.
No eres
el caballero
que rescata
a su princesa,
ni el hortelano
que siembra
rosas
en tierra seca.
En mi oscura
noche larga
donde
la existencia
se torna roja
no sentirte
a mi lado
me sacude
y me desflora,
me convierte
en poeta
y en ludica
mariposa,
que entre lágrimas
siempre te busca
y entre oscuras
sombras.
Mas no me arrepiento
de haberte amado
con toda la armonía
que toque en tu cuerpo,
llegastes a ser sinfonía
que se va ondulando
en mi corazón agitado
aunque ahora tu beso
sea amargo.
Ana@ocaña
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